El pensamiento crítico


El pensamiento crítico es un proceso cognitivo con la aplicación rigurosa de razonamiento con ciertos criterios (propios del método científico) y articulado con el contexto donde ocurre, y que permiten la búsqueda de claridad, exactitud, diferenciación y soporte de una afirmación, postura o propuesta, y la elaboración de conclusiones propias.

Pensar críticamente implica dominar los siguientes estándares:

  • Claridad: modo en que se expresa la propuesta.
  • Exactitud: grado en que la estructura empleada tiene coherencia con el material a emprender.
  • Precisión: la construcción o propuesta debe ser ajustada a los conocimientos.
  • Pertinencia o relevancia: entorno en el que se trata el tema.
  • Profundidad: cuando el nivel de análisis, investigación y explicación se encuentra lo suficientemente cuidado.
  • Amplitud: extensión del planteamiento.
  • Lógica: argumentación acorde a las normas.

Criterios y habilidades del pensamiento crítico:

  • Interpretación: categorización, identificación de suposiciones, decodificación, clarificación, identificación del conocimiento y métodos apropiados, credibilidad de las fuentes, formulación de hipótesis, planeación
  • Análisis: examen objetivo, persistente y preciso de cualquier afirmación, identificación de razones, argumentación
  • Inferencia: puesta en duda de las evidencias, conjetura de alternativas, conclusiones usando el razonamiento inductivo y deductivo, síntesis
  • Evaluación: credibilidad, calidad de los argumentos, valoración
  • Explicación: formulación de los resultados, justificación de los procedimientos, presentación de los argumentos
  • Autorregulación o metacognición: autoexamen y autocorrección

Utilizar el pensamiento crítico significa no aceptar la opinión general sobre algo, sino conocer los argumentos a favor y en contra para tomar una decisión propia respecto a lo que se considera verdadero o falso, aceptable o inaceptable, deseable o indeseable. Lo crítico enfrenta y evalúa los prejuicios sociales constantemente. Tener un pensamiento crítico no significa llevar la contraria a todo el mundo o no estar de acuerdo con nadie, pues eso tampoco sería un pensamiento crítico, sino sólo un modo simple de pensar que se limita a contrariar lo que piensen los demás. Por lo tanto, un pensador crítico tiene una postura libre y abierta, además de ser una persona capaz, humilde, tenaz, precavida y exigente.

El pensamiento crítico es un tamiz contra la información excesiva que circula en el mundo actual y contra un sinnúmero de personas y organizaciones que buscan persuadirnos. Esto ocurre mediante diversos modos de publicidad y circulación del conocimiento, los valores y las emociones en los medios, las redes y los espacios público y privado. El desarrollo del pensamiento crítico no es un asunto personal; exige formas de interacción social que potencien las relaciones intergeneracionales y el trabajo en equipo.

Una sociedad no podrá ser crítica o autocrítica mientras no se aleje de los extremos, pues en los extremos predominan las ideologías y los prejuicios, no las razones o los argumentos.

"La calidad de nuestra vida y lo que producimos, hacemos o construimos depende precisamente de la calidad de nuestro pensamiento. Un pensamiento de mala calidad, pobre, es costoso, tanto en términos de dinero como de calidad de vida. La excelencia en el pensamiento, sin embargo, debe ser cultivada de manera sistemática" (Richard Paul).

Referencias

  1. Pensamiento crítico (Wikipedia)
  2. Pseudociencias, teorías de la conspiración y noticias falsas


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